El rugby no es sólo ir a entrenar todos
los días, jugar los domingos e irse para casa. Este deporte tiene un
espíritu que otros no tienen, y se le relaciona o va con él una palabra
que muchos no conocen cuando entran a jugar por primera vez, ya que
nadie se la explicó: el respeto.
Antes de que alguien se ponga a jugar a
rugby por primera vez, antes de que coja su primer balón y de su primer
pase, antes de que pise ese césped donde momentos buenos y malos
viviremos, que está lleno de recuerdos, de marcas, de lamentaciones, de
victorias, de derrotas,… antes de todo eso y mucho más, el primer día a
un futuro jugador de rugby le debemos explicar lo que es el respeto, el
espíritu del rugby. Antes del amor a tus colores, a un escudo, da igual
la historia del equipo al que pertenezcas, va el respeto, la base del
rugby. Esta palabra tan escuchada dentro de nuestro mundo, este
maravilloso y perfecto mundo que sin esta palabra compuesta por siete
letras no existiría: el rugby pasaría a ser un deporte mediocre, como
otros tantos que existen, y no tendría ese carácter especial que lo
diferencia
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